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Los Doce Signos según Manilius

 

Astronomicon – Manilius

Traducción de Demetrio Santos Santos

p. 108


Signos: caracteres de los nativos.

    Como he dicho anteriormente, queda ahora para ofrecer en determinado orden los métodos astrológicos que pueden utilizarse correctamente en los astros por quien desee una predicción adecuada. Voy a mostrarte, pues, ordenadamente, las costumbres, apariencia, actividades y variados oficios a los que inclinan los Signos.

    Aries, por su piel productora de abundante lana, siempre tendrá la esperanza de recuperar ésta. Se mueve entre el súbito naufragio y la fácil riqueza. Cae al mismo tiempo que se levanta, y en su misma esperanza hay que buscar la causa de su hundimiento. Su producto será entregado al sacrificio, y su prolífico toisón será buscado para los fines más diversos, unas veces para amontonar su lana, otras para cardarla, otras para hilarla o tejerla. Sin ella los hombres no habrían podido subsistir, tan útil es y de primera necesidad. La misma Palas la trabajó con sus manos y consideró digno de ella el haber logrado su gran triunfo sobre Aracnea. Estos trabajos y oficios pueden decirse de los nativos de Aries: pero también inducirá en su tímido corazón afectos inseguros, y siempre estará deseando venderse por una alabanza.

    Tauro enseñará la agricultura a los sencillos labriegos, y traerá con él el trabajo del campo: premiará con los frutos de la tierra, y no con alabanzas a sus súbditos. En el Signo, su figura baja el cuello y demanda el yugo sobre su cerviz. Lleva en sus cuernos el círculo de Febo (el Sol), induce al trabajo de las tierras, trae nuevamente a los campos baldíos a los antiguos cultivos, como modelo de trabajo que él es. No se detiene a descansar en los surcos, ni introduce el pecho en el polvo. Formó a los Serranos y los Curios, entregó las fasces por medio de los agricultores y el mismo dictador acudió a su arado. Da importancia al amor a la gloria y a la meditación y proporciona un cuerpo grande y pesado. Cupido, niño, habita en su frente.

    El trabajo de Géminis es más suave y la vida más placentera: canciones variadas, conciertos musicales, tañido de instrumentos, cánticos acompañados de música de cuerda o gaita: la misma diversión constituye un trabajo. Quieren lejos de guerra y las trompetas, y la triste vejez. Pasan su existencia en el ocio y perenne juventud con el amor. También buscan la vía de los cielos, se dedican al mundo de los números y de las medidas, y dejan tras de sí los astros (se elevan a especulaciones teóricas). Su naturaleza (constitución física) es menor que su ingenio, y les sirve para todo. En toda esta variedad de materias es fecundo Géminis.

    Cáncer, brillando en el eje cardinal en su ardiente estación, en la que Febo inicia su regreso dando la vuelta a su carro, establece el nodo del cielo y refleja su luminosidad. Es de espíritu tenaz, falto de efusividad en su modo de ser; proporciona al nativo una gran variedad de recursos y el arte de conseguir la riqueza; logra fortuna en la ciudad por intercambio de productos y especulando con la escasez de cosechas; también confía al viento su riqueza en la navegación, y vende los productos que la gente fabrica al público mismo; promociona el mercado en tierras ignotas buscando nuevas ganancias bajo otro sol, y acumula rápida fortuna con el precio de las cosas. Navega y se enriquece en pocos años con la usura, vendiendo al cabo del tiempo al doble. De ingenio agudo y tenaz en sus intereses.

    ¿Quién podrá dudar de la naturaleza del terrible Leo y decir las cualidades de este Signo? Dispone siempre nuevas luchas, nuevos combates contra las fieras, y vive del despojo y la rapiña de sus víctimas. Tal es su tarea: adornar las columnas de su vivienda con pieles, colgar las presas capturadas de las paredes de su casa, propagar el miedo por los bosques y vivir de lo que caza. Algunos de ellos tienen estas inclinaciones no deteniéndose ni en las mismas murallas, atacando en medio de la ciudad a los animales domésticos, colgando los miembros sangrantes frente a su choza, preparándose una comida de lujo y gozándose en sus costumbres. Su carácter es igualmente brusco y sin doblez, sencillo de juicio y de corazón ingenuo.

    A los nativos a quienes Erigona (Virgo) dio la vida, has de atribuirles el magisterio (la enseñanza), y como mujer sujeta por el nodo de los Signos llevará las costumbres mediante el esfuerzo, formará su inteligencia en las bellas artes, y dará no tanto riquezas abundantes como afán de investigar las razones y los influjos de las cosas. Inducirá la facilidad de palabra, la corrección en el discurso, y el sujeto podrá contemplar las cosas con los ojos del espíritu, aunque se trate de asuntos de naturaleza oculta. También será un escritor rápido, y la letra será lo mismo para él que la palabra, la mano más rápida que la lengua, y unas cortas notas representarán las largas frases de un fecundo orador. De buena inteligencia, pero su timidez será obstáculo en sus primeros años, frenando sus grandes dotes naturales. Poco prolífico en su descendencia (¿Por qué ha de extrañar bajo el gobierno de una virgen?)

    Aquellos que nacen bajo el signo de Libra, donde se igualan el día y la noche, que es el tiempo en que degustamos los nuevos dones del maduro Baco, atribuyen el uso de las medidas y pesos de las cosas. Emularán las fuerzas de Palamedes, que fue el primero en dar números a las cosas, y nombre a los números, medida determinada y figura propia. Este también conocerá las tablas de la ley, las leyes fundamentales y las variables; asimismo conocerá lo lícito y lo ilícito, y la pena con que se castiga; es defensor permanente del pueblo en su despacho. No en otro Signo pudo haber nacido Servio Sulpicio, que parecía al interpretar la ley más un legislador que un abogado. En fin, todo aquello que se hallare en litigio o duda y necesitado de solución, lo zanjará Libra con el fiel de su balanza.

    Escorpio arma su cola con violento aguijón en ella, en el tiempo en que Febo transita con su carro por el Signo, rotura los campos, y entierra la semilla en los surcos, dota de fogoso espíritu guerrero y de valor marcial de modo que el nativo goza con derramar la sangre, y le agrada más el matar que el saqueo. Incluso en la misma paz, le gusta utilizar las armas: entonces recorre los despoblados y cruza los bosques y lleva a cabo una violenta lucha ora con los hombres ora con los animales, o también puede perder su cabeza en los peligros de la arena (combates del circo), y cada cual se busca, cuando la lucha acaba, su propio enemigo. Algunos son aficionados a los simulacros bélicos y los juegos de armas. (Tanta es su afición a la lucha) que se entrenan en la guerra durante el descanso, y en todo trabajo que se refiere a la milicia.

    Aquellos a quienes les ha tocado nacer en el bicorpóreo Sagitario se complacen en guiar carros, sujetar los ardorosos corceles en suaves riendas, seguir los rebaños que pacen en los campos y dominar toda clase de cuadrúpedos como entrenadores, tranquilizar a los tigres, domesticar la furia del león, hablar con el elefante y, hablándole, adiestrar su enorme masa para las artes humanas en diversos espectáculos. Porque el Signo es una combinación de hombre y animal, y el hombre prevalece en su dominio por tanto en las fieras. Y debido a que porta una aguada flecha en su encorvado arco, proporciona fuerza muscular a los miembros, agudeza a la inteligencia, movimiento rápido y un valor infatigable.

    Vesta mantiene tus llamas sagradas, oh Capricornio, en su santuario, de aquí extraes tu fuerza y tu arte. Pues todo aquello que se usa en el fuego, y requiere nueva llama para producirse, ha de atribuírsete a ti: explorar los metales escondidos, buscar las riquezas acumuladas en las vetas de la tierra; todo lo que se fabrica de plata y oro, lo que funde el hierro con el calor, o el bronce en el horno, y se amplían tus dones con la aplicación del fuego para preparar los productos cereales. Has de añadir a esto la afición a los vestidos, y a los productos necesarios para combatir el frío. Presides siempre el tiempo del invierno, por el que atraes el punto de máxima duración de la noche, hacer nacer el año al volver a incrementar la luz del día. De aquí nace la movilidad de las cosas y frecuentemente el cambio en el modo de pensar: pero la vejez es más soportable en él debido a su terminación en forma de pez. Su parte anterior se somete a Venus, incluso a costa del pecado.

    El Signo en forma de joven aguador (Acuario) con una vasija derramando el agua, atribuye al nativo unas ocupaciones similares a éstas. Observar las aguas subterráneas, hacer que broten a la superficie, hacerlas saltar en surtidores hasta los cielos, invadir el mar con sus actividades, construir nuevos embalses y canales, acueductos elevados para las poblaciones: mil otros oficios que tienen como común denominador el uso de las aguas. También dotará de condiciones para el estudio del Universo y sus cuerpos celestes, y la nueva disposición de los elementos del cielo en el mundo. El Signo da origen a personas amables, de carácter suave, de corazón franco, no rencorosos y fácilmente adaptables; su riqueza no será pequeña ni grande. Tales son las características de Acuario.

    Los que nacen bajo el último Signo, el de Piscis, serán aficionados a la mar, confiando su vida a las aguas, prepararán barcos o armarán navíos y todo lo preciso para las faenas marinas. Sus artes son innumerables, y apenas hay suficientes palabras para su descripción, tantas como las partes de una embarcación. Has de añadir a ello la ciencia de gobernar un barco. El piloto ha de conocer los astros y unir su estudio con el del mar; ha de conocer el mundo entero, los ríos y los puertos de la tierra, también es necesario que sepa los vientos e inmediatamente, aquí y allá, gobernar el timón con el giro adecuado, guiar el barco, hender directamente las olas, mover los remos e inclinar sus lentos vástagos, barrer el plácido mar con el arrastre de las redes, exponer la pesca recogida en la playa, ocultar los anzuelos en los cebos o echar los reteles. También gobierna el Signo los combates navales, las luchas en un medio inseguro y donde las olas se tiñen de sangre. Su raza es fecunda (prolífica) y aficionada al placer, de movimientos rápidos y continuo cambio de vida.