Traducido al español por Nicolás Boqué.
En este
artículo, Stanislav Grof señala la interfaz entre la psicología transpersonal
y la perspectiva astrológica, describiendo su colaboración con Richard Tarnas y
las conexiones que descubrieron entre los arquetipos planetarios y la
psicodinámica del inconsciente. Este estudio inédito presenta la sobresaliente
evidencia a favor de la astrología arquetipal, a partir de la investigación de
Grof sobre estados de conciencia no-ordinarios durante las últimas cinco
décadas.
Las sustancias psicodélicas en general, y el LSD en particular, pueden
influir profundamente en el funcionamiento del psiquismo humano. Dependiendo de
la personalidad del individuo que las toma y de la configuración del contexto, su
efecto puede ser extremadamente benéfico o perjudicial. Dos personas pueden
tomar la misma sustancia, la misma dosificación, en la misma locación, y tener
experiencias radicalmente diferentes, incluso diametralmente opuestas. Por esta
razón, desde el principio de la experimentación con psicodélicos, los
investigadores han buscado maneras de predecir qué impacto tendrían estas
sustancias en la persona que las toma.
El esfuerzo por descubrir un método de predecir la reacción a los
psicodélicos y el resultado terapéutico, era uno de los objetivos de un amplio
estudio clínico que nuestro equipo de investigación condujo en el Centro de
Investigación Psiquiátrica de Maryland, en los años 1960s y 1970s. Usamos para
este propósito una batería de tests psicológicos estándar, incluyendo el Inventario
Multidimensional de Personalidad de Minnesota (MMPI), Inventario de Orientación
Personal de Shostrom (POI), el test de manchas de Rorschach, nuestro propio
Cuestionario de la Experiencia Psicodélica (PEQ), y otros. Esta investigación
confirmó mis hallazgos previos en el Instituto de Investigación Psiquiátrica en
Praga, Checoslovaquia, y la conclusión extraída de la revisión de la literatura
profesional, de que los resultados de las escalas de evaluación desarrolladas y
comúnmente utilizadas por la psicología occidental, resultan esencialmente
inútiles al respecto de este tema.
Irónicamente,
cuando luego de años de frustrante esfuerzo, encontré finalmente una
herramienta que hiciera posible esta tarea, resultó ser más controversial que
los psicodélicos mismos. Era la astrología, disciplina que, incluso luego de
años de estudiar los fenómenos transpersonales, yo mismo tendía a descartar
como pseudociencia ridícula. Me di cuenta sin embargo, que la astrología puede
ser una herramienta invaluable en el trabajo, tanto con psicodélicos como con
otras formas de estados de conciencia no-ordinarios (u “holotrópicos”), así como
los inducidos por las poderosas técnicas experimentales de la psicoterapia
(terapia primal, renacimiento, y trabajo de respiración holotrópica) o los que
ocurren espontáneamente durante crisis psicoespirituales.
El cambio
radical en mi actitud hacia la astrología ha sido el resultado de la
colaboración con el psicólogo y filósofo Richard Tarnas, amigo cercano y colega.
Por más de tres décadas, comenzando en 1976, hemos explorado juntos los
correlatos astrológicos de las experiencias místicas, las crisis
psicoespirituales, los episodios psicóticos, estados psicodélicos y sesiones de
trabajo de respiración holotrópica. Este trabajo ha mostrado que la astrología,
en particular el estudio de los tránsitos planetarios, puede predecir e
iluminar tanto el contenido arquetípico de estados de conciencia no-ordinarios,
como los momentos en que es más probable que ocurra cierto estado en particular.
Nuestro estudio sistemático de las correlaciones entre la naturaleza y
contenido de los estados holotrópicos y los tránsitos planetarios, me convenció
de que una combinación entre terapia experiencial profunda y psicología
arquetipal y astrología de los tránsitos, es la estrategia más prometedora para
el desarrollo futuro de la psiquiatría y la psicología profunda.
La
Astrología y la Ciencia Occidental Moderna
Estoy al tanto
de que esta es una afirmación muy fuerte, particularmente a la vista del hecho
de que muchos de los científicos de la corriente principal consideran, como yo
lo hice, que la astrología es, en principio, incompatible con la visión científica
del mundo. Como muchos otros sistemas esotéricos, la astrología fue una de las
víctimas del racionalismo y el materialismo de la Revolución Científica. Fue
rechazada no sobre la base de la prueba científica de que sus premisas fueran
falsas, sino por su incompatibilidad con los supuestos metafísicos
fundamentales de la ciencia Occidental, dominada por el materialismo monista.
Más específicamente, hay razones numerosas e importantes para que los
científicos materialistas hayan desechado a la astrología.
Primero, la
ciencia occidental presenta el universo como un enorme sistema impersonal,
mecánico e inanimado, una supermáquina que se creó a sí misma y está gobernada
por leyes mecánicas naturales. En este contexto, la vida, la conciencia y la
inteligencia son vistas como productos más o menos accidentales de la materia.
Por el contrario, los supuestos básicos de la astrología son que el cosmos es
una creación de una inteligencia superior, basada en un orden más profundo e
inconcebiblemente intrincado, que refleja un propósito superior. La perspectiva
astrológica refleja muy cercanamente el significado original de la palabra
griega Kosmos, que describe el mundo
como ordenado inteligiblemente, un sistema con patrones e interconectado
coherentemente, con la humanidad como una parte integral del todo. En esta
visión, la vida humana no es el resultado de fuerzas aleatorias regidas por el
capricho del azar, sino que sigue una trayectoria inteligible que de alguna
manera está en sintonía con los movimientos de los cuerpos celestes y puede
entonces ser al menos parcialmente intuíble.
Segundo, porque
el pensamiento astrológico presupone la existencia de arquetipos – principios primordiales atemporales que subyacen e
informan la textura del mundo material – reconoce una dimensión de la realidad
que no puede ser detectada utilizando las técnicas de la ciencia moderna. Bajo
la influencia del positivismo materialista, la ciencia sólo reconoce la
existencia de dimensiones ocultas e invisibles de la realidad si estas pueden
ser accesibles a través del uso de dispositivos que extienden el rango de
nuestros sentidos, tal como los microscopios, telescopios o sensores que
detectan diversas franjas de radiación electromagnética. La dimensión
arquetipal claramente no cae en esta categoría.
La tendencia a
interpretar el mundo en términos de principios arquetípicos emergió en la
antigua Grecia y fue una de las más llamativas características de la filosofía
y cultura griega. Los arquetipos pueden ser vistos desde muchas perspectivas
diferentes. En las épicas Homéricas, toman la forma personificada de figuras
mitológicas, deidades, como Zeus, Poseidón, Hera, Afrodita o Ares. En la
filosofía de Platón fueron descritos como principios metafísicos puros, las
ideas trascendentales o Formas, que poseían una existencia independiente por sí
mismas en un plano inaccesible a los sentidos humanos ordinarios. En tiempos
modernos, C. G. Jung trajo el concepto de arquetipo a la psicología moderna,
describiéndolos primariamente como principios psicológicos. (1) A pesar de todos
los esfuerzos de Jung en sus intentos de formular su teoría basado sólo en la
observación empírica de la psique, la existencia de arquetipos es con
frecuencia ignorada o desacreditada por la ciencia establecida.
Tercero, otro
obstáculo mayor para considerar seriamente a la astrología es el pensamiento
exclusivamente determinista de la ciencia Occidental. El universo es visto como
una cadena mecánica de causas y efectos y el principio de la causalidad lineal
determinista es considerado obligatorio para todos los procesos del universo.
Una inquietante gran excepción a esta regla, el origen del universo y la
cuestión de la “causa de todas las causas,” es raramente mencionada en las
discusiones científicas. La causalidad determinista es el único tipo de
influencia que muchos críticos de la astrología pueden imaginar y tomar en
consideración. Y la idea de un efecto material directo de los planetas en la
psique y en el mundo es, por supuesto, implausible y absurdo.
Finalmente, el
énfasis que pone la astrología en el momento de nacimiento no hace ningún
sentido en la psicología académica y la psiquiatría, que generalmente no ve el
parto biológico como un evento psicológicamente relevante. Los psiquiatras
académicos y clínicos usan típicamente un marco de referencia conceptual
estrecho, que se limita a la biografía post-natal y el inconsciente individual
Freudiano. No suelen reconocer el nivel perinatal del inconsciente, pertinente
a la memoria profundamente anclada del trauma del nacimiento y su poderosa
influencia en la personalidad adulta y las experiencias biográficas. El rechazo
de la significación psicológica del nacimiento está basado en el supuesto,
altamente cuestionable, de que el cerebro del recién nacido no puede registrar
el impacto traumático de la experiencia del nacimiento, porque el proceso de
mielinización (formación de las vainas grasosas de mielina que cubren las
neuronas) en su cerebro no está completamente desarrollado al momento del
nacimiento.
Evidencia
para la Astrología en la Investigación Holotrópica
Desde
los años 1950, sin embargo, varias décadas de investigación sistemática en
estados holotrópicos han generado vastas cantidades de datos que socavan estas
suposiciones básicas de la ciencia materialista y aportan evidencia en apoyo de
la astrología. Estas observaciones revelan:
- la existencia de experiencias transpersonales que apuntan a un cosmos con alma, permeado de conciencia e inteligencia creativa
- la posibilidad de tener experiencias directas de realidades espirituales, incluyendo figuras arquetípicas, motivos y campos, y validación empírica de la autenticidad de esas experiencias
- la crítica importancia psicodinámica de la experiencia del nacimiento para el desarrollo psicológico y la vida del individuo
- la existencia de sincronicidades que representan una importante y viable alternativa al principio de causalidad mecánica
- las impresionantes correlaciones entre la psicodinámica del proceso de nacimiento y los arquetipos planetarios asociados con los cuatro planetas exteriores
- el extraordinario potencial predictivo de los tránsitos astrológicos para la naturaleza, el tiempo y el contenido de estados holotrópicos de conciencia
- el reconocimiento de la profunda conexión entre el patrón arquetípico de las cartas natales y los Sistemas de Experiencia Condensada (COEX) en la psique individual
- la relación entre los tránsitos astrológicos mundiales y los patrones de incidencia de diagnóstico de psicopatologías
2.
Evidencia empírica de la existencia de arquetipos: Los estados
holotrópicos proveen acceso experiencial directo a dimensiones espirituales o
numinosas de la existencia, incluyendo los arquetipos. Esto es importante
porque el concepto de arquetipo es esencial para la astrología, como está
siendo entendida aquí. Como hemos visto, en el siglo veinte C. G. Jung revivió
la antigua idea de los arquetipos y los introdujo en la psicología profunda
moderna en la forma de principios psicológicos, patrones primordiales organizadores
de la psique. Él y sus seguidores exploraron y describieron con gran detalle el
importante rol que juegan los arquetipos en la vida de los individuos, las
naciones y la naturaleza. Muchos artículos y libros profesionales, así como de la
literatura popular, escritos por autores con una orientación Junguiana,
sugieren que nuestras características personales y comportamiento reflejan las
dinámicas de poderosos principios arquetípicos y que representamos típicos
temas arquetipales en nuestra vida cotidiana. (3)
La mayoría de
los psicólogos y psiquiatras académicos hasta ahora han considerado la idea de
Jung de los arquetipos como infundada y especulativa y han rechazado tomársela
en serio. Sin embargo, la investigación moderna en la conciencia ha confirmado
la existencia de arquetipos más allá de cualquier duda razonable, mostrando que
en estados holotrópicos de conciencia pueden incluso ser directamente
experienciados. He publicado en otros contextos casos históricos ilustrando
cómo las experiencias transpersonales involucrando arquetipos pueden proveer
nueva información sobre realidades mitológicas de culturas desconocidas para
quien tiene la experiencia y abrir nuevas posibilidades terapéuticas (Grof,
1985, 1988, 1992, 2000, 2006).
Una importante
característica de los arquetipos es que no están confinados al, ni se originan en
el cerebro humano, sino que operan desde esferas transpersonales y ejercen una
influencia sincrónica tanto sobre las psiques individuales como en el mundo
físico. El matrimonio entre la astrología y la psicología arquetipal basado en
el trabajo de Jung, representa un avance extraordinario en ambos campos. Trae
la precisión matemática de la astronomía hacia el mundo interior e imaginativo
que señala la psicología profunda, enriqueciendo enormemente tanto las
posibilidades de especulación teórica, como las predicciones clínicas.
3.
Significado psicológico del nacimiento: El trabajo con estados holotrópicos ha
corregido la sorprendente equivocación de mucha de la psiquiatría académica, de
que la única manera en la que el parto biológico puede tener alguna
consecuencia en la condición mental del individuo, su vida emocional y su
conducta, es si ha causado daño irreversible a células del cerebro. He
observado en innumerables ocasiones que esta experiencia desafiante deja una
poderosa impronta en las emociones y las sensaciones físicas que, en
interacción con eventos postnatales, son instrumentales en el desarrollo de
varios desordenes emocionales y psicosomáticos. Adicionalmente, el patrón
general de nuestro nacimiento tiende a verse reflejado en la manera en la que
manejamos las vicisitudes de nuestra vida y abordamos proyectos y tareas
demandantes. Hay también una evidencia impresionante de que lo que he llamado matrices perinatales en la psique de las
personas individuales, pueden jugar un rol importante en la involucración de
estos individuos con los eventos sociopolíticos colectivos y los movimientos
culturales (deMause 1982, Grof 1998, 2000) Estas
observaciones traen un apoyo importante para la astrología, que ha atribuído
una significación mayor al momento del nacimiento como un precursor simbólico
del propio patrón genérico de vida. También se relacionan con otro principio
básico de la astrología que define precisamente la relación entre los eventos a
gran escala y los sucesos en las vidas individuales. La evidencia astrológica
hace tiempo que sugiere que los movimientos importantes y sucesos en la historia
humana están correlacionados con posiciones planetarias en sus interrelaciones
mutuas. Ha sugerido también que el grado y la naturaleza de la participación de
los individuos en estos eventos colectivos y los accidentes específicos en sus
vidas, refleja sus propios tránsitos planetarios, que representan la relación
entre los tránsitos mundiales y las cartas natales personales.
4.
El fenómeno de la sincronicidad: La tendencia a pensar en términos de
influencias causales directas es una de las principales razones por las cuales
la astrología ha sido tan vehementemente rechazada. Recuerdo una de mis
discusiones con Carl Sagan sobre la psicología transpersonal durante la cual el
calurosamente me dijo a mí y a otros: “La astrología es un total desperdicio;
mientras estoy aquí parado, tengo más influencia sobre tí que Plutón.” Él
claramente pensaba sobre este tema en términos de masas, distancias, fuerzas
gravitatorias y otros términos físicos. Esta es una aproximación que pierde
completamente el punto. Los críticos de la astrología como Carl Sagan no
comprenden que los astrólogos están usando un paradigma sofisticado que asume
una relación sincrónica entre los planetas, la psique humana y los eventos
externos. Para comprender la astrología, debemos pensar en términos de sincronicidad.
Richard Tarnas y yo hemos
presentado juntos nuestros hallazgos al respecto de la relación entre psique y
cosmos en numerosos cursos académicos de postgrado en el California Institute
for Integral Studies (CIIS) en San Francisco, así como en talleres de
entrenamiento transpersonal y seminarios públicos. Lo primero que siempre
quisimos dejar en claro antes de discutir sobre este material, es que al hablar
de correlaciones de experiencias y eventos con movimientos planetarios y
aspectos, de ninguna manera estamos implicando que hay una influencia causal
lineal de los cuerpos celestes en la psique humana o en sucesos en el mundo
material.
Una manera más plausible de pensar la astrología puede ser ilustrada con
un simple ejemplo. Cuando miro mi reloj, que muestra la hora correcta, y veo
que son las siete en punto, puedo inferir que todos los relojes en la misma
zona horaria, que están configurados con la hora correcta, muestran también que
son las siete en punto. Aún más, puedo asumir con certeza razonable que, si
prendo la televisión, podré ver las noticias de las siete, o que están
esperando mi llegada al restaurant donde hice una reserva a las siete. Esto naturalmente
no significa que mi reloj tiene una influencia directa sobre otros relojes del
ambiente, que causa las noticias en televisión, o interactúa con las
conciencias del personal del restaurant. Todos estos eventos están simplemente
sincronizados en relación al tiempo astronómico, una dimensión oculta que está
operando “detrás de escena” y no puede ser directamente percibida.
De la misma manera, el pensamiento
subyacente a la astrología sugiere que en el esquema universal de los
movimientos de los planetas y los aspectos geométricos que están formando,
están correlacionados con las dinámicas arquetípicas ocultas que dan forma a
los eventos del mundo fenoménico. La visibilidad de los planetas permite que
sean usados para inferir qué está ocurriendo en el mundo de los arquetipos, o
usando el ejemplo anterior, qué “tiempo” hace en el mundo arquetipal.
Sucesivamente, su relación angular a las posiciones de los planetas en nuestra
carta natal (tránsitos) parece
indicar cómo se manifiesta esta situación en nuestra vida personal.
El principio de sincronicidad como una alternativa significativa a la
causalidad lineal fue primero descripta comprensivamente por Jung. Según él, la
sincronicidad es un principio de conexión acausal que se refiere a
coincidencias significativas de eventos separados en el tiempo y/o el
espacio.(4) Mientras que Jung tenía un interés particular sobre las
coincidencias en la vida, estaba particularmente interesado en esos conjuntos
de coincidencias en los cuales varios eventos externos estaban
significativamente conectados con experiencias internas, como los sueños, fantasías y visiones. Definió la
sincronicidad de este tipo como una “ocurrencia simultánea de cierto estado
psíquico con uno o más eventos externos, que aparecen como paralelismos significativos
al estado subjetivo momentáneo.”(5)
A causa de la profundamente arraigada creencia moderna
en la causalidad determinista como una ley central de la naturaleza, Jung
durante muchos años dudó en publicar sus observaciones de eventos que rechazaban
encajar en este molde. Pospuso la publicación de su trabajo sobre este tema
hasta que él y otros habían recolectado literalmente cientos de ejemplos
convincentes de sincronicidad, dándole absoluta seguridad de que tenía algo
válido para reportar. También fue importante para él, que fue alentado a
desarrollar su concepto de sincronicidad por dos pioneros de la física moderna,
Albert Einstein y Wolfgang Pauli.
En el trabajo con
estados holotrópicos, la ocurrencia de instancias sorprendentes de sincronicidad
es tan común que no deja duda alguna acerca del hecho de que representa una
importante alternativa a la causalidad mecánica como un principio conector. En
la práctica meditativa, la terapia psicodélica, el trabajo de respiración
holotrópica, y las crisis psicoespirituales espontáneas (“emergencias
espirituales”), el material de fantasía que emerge del inconsciente suele
entrar en un interjuego complejamente creativo con varios aspectos de la
realidad consensuada, coincidiendo con eventos externos de maneras que sugieren
fuertemente una conexión subyacente de significado que no está simplemente
siendo proyectada por el individuo. Este fenómeno desafía nuestros supuestos
más fundamentales sobre la realidad, dado que llama a cuestionar la tajante
distinción que solemos hacer entre los mundos internos y externos.
Un ejemplo típico es
la incidencia de sincronicidades extraordinarias en las vidas de personas en
terapia holotrópica que están involucradas en revivir e integrar
conscientemente la memoria del nacimiento biológico – un proceso que he hallado
fundamental para la transformación y la resolución de varias formas de
patología física y psicológica. Durante las sesiones holotrópicas, cuando el
proceso de exploración interna lleva a los participantes cerca de la
experiencia de “muerte del ego”, pero ésta no se llega a completar, los
individuos suelen encontrarse en sus vidas cotidianas con una acumulación
sorprendente de situaciones peligrosas, heridas y accidentes. Es importante
enfatizar que me estoy refiriendo a eventos que son causados por otras personas
o circunstancias externas y no son el resultado de tendencias autodestructivas
de los sujetos mismos.
Cuando estas personas tienen la experiencia de muerte
total del ego y renacimiento psicoespiritual, mediante el trabajo consciente a
través del trauma sin resolver del nacimiento biológico, esas situaciones
tienden a desvanecerse tan mágicamente como se habían empezado a desarrollar.
Parece que en esta etapa de transformación personal el individuo debe lidiar con
el tema de la destrucción y la pérdida, pero tiene la opción de experimentarlo
como un proceso interno o como un evento externo de la vida real. Esto es
exactamente lo que los astrólogos observan en relación con el efecto de los
tránsitos planetarios difíciles, cuando las raíces más profundas de patrones de
conducta inconscientes y potencialmente destructivos asociados a estos
tránsitos, pueden ser traídos a la atención consciente y trabajados en sesiones
terapéuticas, en vez de encontrarse lidiando con ellos en el mundo.
Sincronicidades
igual de marcadas están asociadas con varias formas de experiencias
transpersonales. Lo que se siente como experiencias de vidas pasadas suele
estar fuertemente acompañado de eventos sincrónicos, y son también muy frecuentes
a la hora de la confrontación interna con figuras y motivos arquetípicos. Por
ejemplo, cuando la gente involucrada en un intenso proceso interno está lidiando
con temas del Ánimus, Ánima, Anciano Sabio, Gran Madre, o Madre Devoradora, los
representantes humanos apropiados para esas figuras aparecen en su vida
cotidiana.
De manera similar,
cuando una persona tiene una poderosa experiencia chamánica que involucra un
espíritu guía animal, este animal puede aparecer súbitamente de varias maneras
en la vida de esta persona con una frecuencia que está más allá de cualquier
probabilidad razonable. También ha sido la experiencia de muchas personas que se
involucraron desinteresadamente en un proyecto que había sido inspirado desde el
campo transpersonal de la psique, que tienden a ocurrir sincronicidades
extraordinarias que hacen el trabajo sorprendentemente fácil.
5. Correlaciones entre las
psicodinámicas del proceso de nacimiento y los arquetipos planetarios: La primer indicación de que podría haber alguna
conexión extraordinaria entre la astrología y mi investigación de estados
holotrópicos, fue el reconocimiento de Richard Tarnas de que los individuos que
experimentaban un progreso psicológico importante y un despertar, tendían en
ese tiempo a estar pasando por tránsitos personales involucrando al planeta
Urano, frecuentemente en combinación con Júpiter, mientras que quienes
atravesaban períodos más difíciles y psicológicamente constreñidos tendían a
estar atravesando tránsitos involucrando a Saturno. Eventualmente, él se dio
cuenta de que esta simple dicotomía era parte de patrones mucho más complejos
de correlación involucrando a todos los planetas y un amplio rango de condiciones
psicológicas y estadios de transformación.
Una observación
particularmente notable fue la comprensión de Tarnas de que la descripción de
los patrones de experiencia asociados con los estadios del nacimiento biológico
mostraban similitudes sorprendentes con los cuatro arquetipos que los
astrólogos han correlacionado empíricamente con los cuatro planetas externos de
nuestro sistema solar. (6) Mi descripción de la fenomenología de las cuatro
matrices perinatales básicas (BPM), pertinentes a los diferentes estadios
del proceso de nacimiento, estaba basado en observaciones clínicas hechas
bastante independientemente durante muchos años antes de que supiera nada sobre
astrología.
A modo de breve
resumen: tanto en sus formas positiva y negativa, la primer matriz perinatal
(BPM I) refleja inequívocamente el arquetipo que los astrólogos asocian con
Neptuno. El aspecto positivo de BPM I incluye revivir episodios de existencia
intrauterina sin perturbación, así como las experiencias concomitantes de
disolución de barreras, experiencias de fusión interpersonal, éxtasis oceánico,
sentimientos cósmicos de unidad, trascendencia del espacio y tiempo, y
conciencia de la dimensión mística y numinosa de la realidad. Los aspectos
negativos de BPM I están asociados a experiencias regresivas de perturbaciones
prenatales. Aquí la disolución de bordes no es mística sino psicótica en su
naturaleza; lleva a la confusión, el delirio, un sentido de envenenamiento
químico, distorsiones metafísicas bizarras, y percepciones paranoicas de la
realidad. Esta matriz tiene también una conexión psicodinámica con la
intoxicación alcohólica, narcótica y la adicción. Todas estas cualidades, tanto
positivas como negativas, son las que los astrólogos asocian al arquetipo de
Neptuno.
La
segunda matriz perinatal (BPM II) representa el estadio cuando las
contracciones uterinas comprimen periódicamente al bebé, pero la cérvix está
todavía cerrada y parece “no haber salida”. Características prominentes de esta
matriz incluyen la preocupación con el envejecimiento y la muerte, pruebas
dificultosas y trabajo duro, depresión, opresión, constreñimiento, déficit,
escasez e inanición. Esta matriz también trae sentimientos de inadecuación,
inferioridad, soledad y culpa. Está asociada al escepticismo y a una visión
profundamente pesimista de la existencia, una crisis de sentido aplastante, la
inhabilidad de disfrutar de nada, una pérdida de cualquier conexión con la
dimensión divina de la realidad. En astrología, estas cualidades han sido
vistas como atributos del lado más desafiante del arquetipo de Saturno.
La correspondencia astrológica precisa de la tercer matriz perinatal (BPM III) es particularmente extraordinaria y sorprendente, dado que esta matriz representa una combinación inusual de temas característicos del estadio final del nacimiento biológico, incluyendo una fuerza de empuje implacable, la liberación de energías titánicas, agonía y éxtasis Dionisíaco, nacimiento, sexo, muerte, renacimiento, eliminación y escatología. Debemos también mencionar aquí los motivos de erupción volcánica, pirocatársis, fuego purificador, y el inframundo – urbano, criminal, psicológico, sexual y mitológico. Astrológicamente todos estos son vistos como atributos de Plutón, el arquetipo de la energía primordial – el principio dinámico detrás de la creación cósmica, la fuerza de vida universal que propulsa la evolución en la naturaleza y en la sociedad humana (Kundalini Shakti en la mitología hindú), así como la energía de destrucción (la devoradora Diosa Madre Kali). Plutón es asociado con los procesos biológicos fundamentales del nacimiento, el sexo y la muerte, los procesos transformadores de la muerte y resurrección psicoespiritual, y las fuerzas instintivas en el cuerpo y la psique (el Ello Freudiano). Representa los elementos ctónicos de la existencia, el inframundo, sea en un sentido físico literal (subterráneo, infraestructura de la metrópolis), en un sentido metafórico (zonas rojas, crimen organizado), en el sentido psicológico (lo inconsciente), o en un sentido mitológico, arquetipal, en el que el dios romano Plutón (el Hades griego) era el gobernante del inframundo – todos temas que figuran prominentemente en la fenomenología de la tercer matriz perinatal.
La correspondencia astrológica precisa de la tercer matriz perinatal (BPM III) es particularmente extraordinaria y sorprendente, dado que esta matriz representa una combinación inusual de temas característicos del estadio final del nacimiento biológico, incluyendo una fuerza de empuje implacable, la liberación de energías titánicas, agonía y éxtasis Dionisíaco, nacimiento, sexo, muerte, renacimiento, eliminación y escatología. Debemos también mencionar aquí los motivos de erupción volcánica, pirocatársis, fuego purificador, y el inframundo – urbano, criminal, psicológico, sexual y mitológico. Astrológicamente todos estos son vistos como atributos de Plutón, el arquetipo de la energía primordial – el principio dinámico detrás de la creación cósmica, la fuerza de vida universal que propulsa la evolución en la naturaleza y en la sociedad humana (Kundalini Shakti en la mitología hindú), así como la energía de destrucción (la devoradora Diosa Madre Kali). Plutón es asociado con los procesos biológicos fundamentales del nacimiento, el sexo y la muerte, los procesos transformadores de la muerte y resurrección psicoespiritual, y las fuerzas instintivas en el cuerpo y la psique (el Ello Freudiano). Representa los elementos ctónicos de la existencia, el inframundo, sea en un sentido físico literal (subterráneo, infraestructura de la metrópolis), en un sentido metafórico (zonas rojas, crimen organizado), en el sentido psicológico (lo inconsciente), o en un sentido mitológico, arquetipal, en el que el dios romano Plutón (el Hades griego) era el gobernante del inframundo – todos temas que figuran prominentemente en la fenomenología de la tercer matriz perinatal.
Finalmente,
la fenomenología de la cuarta matriz perinatal (BPM IV) – la experiencia de emergencia
del canal de parto – está cercanamente relacionada al arquetipo que los
astrólogos han asociado consistentemente con el planeta Urano. BPM IV
representa el último estadio del parto, donde la incomodidad y las presiones
culminan y son resueltas en una liberación explosiva. Esto está señalado por
características tales como la resolución inesperada de una situación difícil,
atravesar y trascender barreras, insights brillantemente iluminadores,
liberación Prometeica y epifanía, emergencia repentina a un nuevo nivel de
conciencia, y liberación radical de constricciones previas. Todos estos temas
son asociados por los astrólogos con el planeta Urano, representando el
principio astrológico del cambio súbito, la sorpresa, la rebelión contra el status
quo, la actividad revolucionaria, la liberación, el despertar espiritual, y el
progreso emocional e intelectual. Adicionalmente, gobierna el colapso súbito de
las estructuras establecidas, los impulsos y eventos disruptivos y
desestabilizantes, el individualismo y la originalidad, el insight
revolucionario, el genio creativo y la inventiva. El lado sombrío del arquetipo
de Urano encuentra su expresión en la anarquía, la excentricidad infructuosa, y
la actuación indiscriminada en contra de limitaciones y leyes de todo tipo, que
corresponde remarcablemente a la observación clínica de experiencias
perinatales de BPM IV que han sido procesadas inadecuadamente – actividad
maníaca e inflación, conducta irresponsable sin restricciones, energía creativa
sin bajada a tierra y pasajes al acto anárquicos de variado tipo.
6.
Correlaciones entre Estados Holotrópicos y Tránsitos Planetarios: Incluso más
sorprendente que estos notables paralelismos entre la fenomenología de las
matrices perinatales y los temas asociados con los arquetipos planetarios, fue
el descubrimiento de Tarnas de que en los estados holotrópicos, la
confrontación experiencial con estas matrices ocurre regularmente en tiempos en
que los individuos involucrados están teniendo importantes tránsitos de los planetas
correspondientes. A través de los años, hemos sido capaces de confirmar este
hecho con miles de observaciones específicas.
Por
ejemplo, durante tránsitos de Saturno-Plutón, un individuo en una sesión
holotrópica es más probable que tenga experiencias de extrema opresión y
constricción, de terror y pavor, de apocalipsis inminente, de conflicto entre
libertinaje instintivo y control punitivo, culpa y vergüenza. Estos tránsitos
también están asociados a la confrontación con el poder demoníaco y con las
fuerzas abrumadoras de la oscuridad. Juntos, Saturno y Plutón son asociados
tanto con la segunda como la tercera matriz perinatal, y la transición entre la
sensación de “sin salida”, el juicio y la condena eterna, asociadas con el BPM
II, al sufrimiento purgatorio y la violenta lucha de muerte-resurrección
asociada al BPM III. En estados holotrópicos de conciencia que ocurren durante
estos tránsitos, la fenomenología de ambos BPMs, como el ahogo y la sofocación,
o presiones psicosomáticas inmensas asociadas con la constricción en el útero y
el pasaje a través del canal de parto, suele ser evidente.
Bajo
los tránsitos de Júpiter-Urano, en contraste, los estados holotrópicos son más
frecuentemente caracterizados por la experiencia de liberación repentina de una
situación difícil u opresiva, progresos creativos, emergencia inesperada y
jubilosa a un nuevo y luminoso mundo, o el sentimiento expansivo de nuevas
vistas y posibilidades a ser exploradas. Más problemáticamente, esta
combinación arquetipal está también asociada con la experiencia de la
excitación frívola y la euforia maníaca que puede acompañar la transición al
BPM IV previa a la completa resolución del proceso psicoespiritual de
muerte-renacimiento.
Cuando
usamos la astrología en el trabajo con estados holotrópicos, la complejidad de
las interpretaciones aumenta con el número de tránsitos planetarios ocurriendo
durante el mismo tiempo, y con el número de planetas involucrados en ellos. En
muchas instancias, dos o más tránsitos importantes están operando
simultáneamente y sus energías pueden estar en conflicto una con la otra,
produciendo complejas combinaciones y fusiones dialécticas de las fuerzas
arquetípicas involucradas. Una interpretación comprensiva requiere un astrólogo
experimentado evaluando una situación específica y mirando la carta natal y los
tránsitos como un campo unificado y una Gestalt integral. Casos históricos
específicos de estas extraordinarias correlaciones serán explorados en un
número posterior de la revista Archai.
7.
La Base Arquetípica de los Sistemas de Experiencia Condensada (COEX): La astrología
natal y de tránsito ha provisto un entendimiento más profundo de otro
importante concepto que ha emergido de mi investigación en psicodélicos y holotrópica.
He notado muy temprano en el transcurso de este trabajo, que las memorias
emocionalmente relevantes de mis clientes no estaban almacenadas en el
inconsciente como un mosaico de impresiones aisladas, sino constelados de
formas complejas y dinámicas. Acuñé para estos agregados de memoria el nombre
de Sistemas COEX, que es la expresión
corta para “sistemas de experiencia condensada.” Un sistema COEX consiste en
memorias con carga emocional de diferentes períodos de nuestra vida, que se
parecen entre sí en la cualidad de la emoción y de la sensación física que
comparten.
Cada
COEX tiene un tema básico que permea todas sus capas y representa su
denominador común. Las capas individuales entonces, contienen variaciones de
este tema básico, que ocurrieron en diferentes períodos de la vida de la
persona. Todas las constelaciones COEX parecen estar superpuestas sobre y
ancladas en el trauma de nacimiento y están dinámicamente relacionadas a alguna
de las matrices perinatales o a algún aspecto específico en relación a esto.
Sin embargo, un típico sistema COEX alcanza incluso más allá y sus raíces
profundas consisten en varias formas de fenómenos transpersonales, como
experiencias colectivas históricas, experiencias de vidas pasadas, arquetipos
Junguianos, identificación consciente con varios animales, y otras.
La
refinación más reciente de mi comprensión de las dinámicas COEX fue el
sorprendente descubrimiento de que la naturaleza y el contenido de sistemas
COEX importantes en la psique de un individuo tiende a mostrar llamativas
correlaciones con aspectos planetarios mayores en su carta natal astrológica.
Adicionalmente, el tiempo en el que ocurrieron los eventos biográficos que
constituyen las varias capas de los sistemas COEX parecen coincidir con gran consistencia
con períodos en los que se estaban moviendo tránsitos planetarios
significativos a través de precisamente aquellos aspectos natales. Estos
descubrimientos echan nueva luz sobre las interconexiones dinámicas entre lo
biográfico, lo perinatal, y los constituyentes transpersonales de los sistemas
COEX que he observado repetidamente en mi trabajo clínico.
Debido
a estas correlaciones sorprendentemente consistentes, he llegado a considerar a
la astrología, particularmente la astrología de los tránsitos, como la tan
buscada “Piedra Rosetta” de la investigación en la conciencia, proveyendo una
clave esencial para comprender la naturaleza y el contenido de los estados
holotrópicos o no ordinarios de conciencia, tanto espontáneos como inducidos.
Mientras las correlaciones concernientes a experiencias del pasado son de
interés teórico primario, examinar los tránsitos actuales puede ser
extremadamente útil en el trabajo con individuos atravesando “emergencias
espirituales,” y la posibilidad de hacer predicciones impresionantemente
precisas sobre el carácter arquetípico de los estados no ordinarios basado en
los tránsitos futuros, es una herramienta invaluable para planificar las
sesiones psicodélicas y holotrópicas.
8.
Tránsitos Mundiales y Diagnósticos Psicológicos: Los teóricos y
clínicos en el campo de la psicología, tratando de establecer un sistema
clasificatorio fijo de los diagnósticos psiquiátricos, han expresado su continua
frustración al respecto de la falta de correspondencia entre las descripciones
de las categorías diagnósticas y las imágenes clínicas que en realidad
encuentran al trabajar con sus pacientes. Al día de la fecha, está vigente la
cuarta versión revisada oficial del Manual Diagnóstico y Estadístico Americano
(DSM-IV). A pesar de que hay muchos factores detrás de tales revisiones, desde
un punto de vista astrológico, el cambio continuo en la imagen clínica es
comprensible, al menos en parte, en términos del constante movimiento de las
dinámicas arquetípicas de la psique colectiva, que asimismo se ve que
corresponden con los movimientos en las relaciones angulares entre los planetas
estudiados en los tránsitos mundiales.
Como ha mostrado la investigación de Richard Tarnas, cuando dos o más
planetas en sus respectivos ciclos se mueven hacia alineaciones mayores en el
cielo en varios períodos de la historia, el campo arquetipal combinado que se asocia
con estos planetas, tiende consistentemente a dar a estos períodos un cierto
sabor experiencial y determinar, en un nivel arquetipal, el carácter subyacente
de su Zeitgeist. Este fenómeno es
particularmente significativo y duradero cuando involucra combinaciones de
planetas externos de Júpiter a Plutón, como en la conjunción de Urano-Plutón en
los 1960s, o la conjunción Urano-Neptuno al final de los 1980s y 1990s.(7) Al
momento de tales alineaciones planetarias mayores para todo el mundo, los
complejos arquetípicos correspondientes pueden volverse personalizados para
individuos, particularmente si forman tránsitos mayores a planetas específicos
en sus cartas natales. Psicológicamente, estos alineamientos pueden ser
reflejados en tendencias hacia desordenes emocionales o psicosomáticos específicos.
Como resultado, los psiquiatras de diferentes décadas no encuentran precisamente
los mismos fenómenos que sus colegas de tiempos anteriores. La psicopatología,
entonces, parece variar de acuerdo a la naturaleza de los tránsitos mundiales
corrientes y los tránsitos personales de los individuos específicos. Esta
variación sugiere un factor posible de por qué la creación de un DSM-IV fijo y
válido universalmente, parece ser intrínsecamente problemática.
Pero
esa no es la historia completa. En los cursos anuales que enseñamos Richard
Tarnas y yo en el California Institute for Integral Studies, discutimos sobre las
principales escuelas de la psicología profunda y analizamos las cartas astrales
de sus fundadores. Pronto se hizo visible para nosotros, que aparentemente los
aspectos planetarios mayores en las cartas natales de estos pioneros – Freud,
Jung, Rank, Reich, Klein y otros – se parece bastante al carácter específico de
sus teorías psicológicas. Las diferencias entre sus psicologías se volvieron
inteligibles como un reflejo de sus propias orientaciones arquetípicas básicas,
lo que era a su vez discernible a partir de sus alineamientos planetarios natales.
Al contrario de la autoimagen convencional de los psicoanalistas, era claro que
la variedad de pioneros psicoanalíticos no fueron capaces de estudiar las
psiques de sus clientes objetivamente y hacer conclusiones generales que se
mantuvieran válidas indefinidamente. Más bien, veían inevitablemente los
problemas de sus clientes a través de plantillas perceptuales subjetivas, sus
propias lentes distorsionadoras, correspondientes a los aspectos planetarios en
sus cartas natales y sus tránsitos personales al momento de sus observaciones
clínicas. (8)
Con
la excepción de los desórdenes determinados orgánicamente, la psiquiatría no
tiene un conjunto fijo de fenómenos para estudiar. El resultado de cualquier
investigación sobre desórdenes emocionales y psicosomáticos que no son
orgánicos, está determinado por un interjuego complejo de un número de
factores, entre los cuales debe incluirse la carta astrológica del
investigador/a y sus tránsitos al momento de la observación; los aspectos
planetarios para el mundo entero que definen el Zeitgeist de un período en particular; y los tránsitos personales
que colorean las experiencias de los clientes.
La imagen de la
psiquiatría como disciplina que posee descripciones concisas y fijadas de
condiciones patológicas transtemporales, y un armamento de remedios específicos
e intervenciones, es una ilusión. La única aproximación viable, dado el
cambiante contexto arquetipal, es describir los desórdenes psiquiátricos en
términos de relaciones y herramientas que pueden ser usadas para analizar la
situación en cualquier momento en particular y caracterizarla con los términos
de la fenomenología de las experiencias del cliente, y su relación con los
tránsitos planetarios. También es necesario como colectivo, que tomemos en
consideración los aspectos planetarios globales y los tránsitos y la carta del
investigador mismo.
Implicancias de la
investigación holotrópica y la Astrología Arquetipal
Mientras que
todas las observaciones hechas desde la investigación transpersonal apuntan a
una visión del mundo y una teoría de la personalidad que está en consonancia
general con la astrología, la investigación en estados holotrópicos ha amasado
un cuerpo significativo de evidencia que apoya bastante específicamente los
supuestos fundamentales de la astrología. De todos modos, la civilización
moderna Euro-Americana está bajo una influencia tan fuerte de la ciencia materialista
que puedo decir desde mi propia experiencia que suele tomar años de
investigación en estados holotrópicos y una extensa exposición personal a ellos,
antes de que uno sea capaz de romper su hechizo y aceptar las revisiones
radicales que deben ser hechas a nuestra comprensión de la psique humana y la
naturaleza de la realidad para acomodar los nuevos datos. La amplia disponibilidad
de observaciones desafiantes desde los estados holotrópicos y la astrología no
pueden ser barajados por un mínimo trabajo de emparchamiento conceptual o un
ajuste cosmético ocasional usando pequeñas hipótesis ad hoc. Más bien, requeriría una revisión de la visión moderna del
mundo, haciendo añicos y reemplazando los supuestos metafísicos y las creencias
más fundamentales de la ciencia materialista.
Las conexiones
reveladas por la astrología son tan complejas, intrincadas, creativas y
altamente imaginativas, que en mi opinión, apuntan fuertemente a un origen
divino. Proveen evidencia convincente de un orden profundo y significativo que
subyace a la creación y de una inteligencia cósmica superior que lo engendró.
Adicionalmente, los hallazgos de la astrología natal y de los tránsitos,
desafían el supuesto básico de la ciencia materialista de que el universo es
esencialmente insignificante y de que no tiene una conexión especial con los
seres humanos.
La
convicción de que las leyes naturales no ofrecen un propósito discernible para
los seres humanos ha sido más explícitamente expresada por el físico y
cosmólogo Steven Weinberg. “Creo que no hay un significado que pueda ser descubierto
por los métodos de la ciencia,” dijo en una entrevista. “Creo que lo que hemos
encontrado hasta ahora – un universo impersonal que no está particularmente
dirigido hacia los seres humanos – es lo que vamos a seguir encontrando. Y que
cuando encontremos las leyes últimas de la naturaleza tendrán una cualidad
escalofriantemente fría e impersonal.” (9)
La imagen de un
universo profundamente significativo e interconectado, permeado por una
inteligencia superior e incluyendo a cada individuo en su intrigante guion,
eleva una pregunta muy interesante: ¿hay una visión del mundo comprehensiva,
que pueda integrar los hallazgos de las ciencias naturales y la investigación
moderna sobre la conciencia y, al mismo tiempo, incorporar a la astrología? A
lo largo de los años, y no sin conflicto y tribulaciones, he llegado a la
conclusión de que en efecto sí hay una visión del mundo que puede absorber y
explicar mis experiencias y observaciones de la investigación en la conciencia,
abrazando asimismo a la astrología. Es innecesario decir, sin embargo, que esta
difiere diametralmente del sistema de creencias que domina la civilización
moderna occidental.
He descripto
esta visión del mundo en mi libro El
Juego Cósmico: Exploraciones de las Fronteras de la Conciencia Humana (1998)
y lo presenté también de manera condensada en un capítulo de mi libro Psicología del Futuro (2000). Esta
visión de la realidad está basada en experiencias e insights en estados
holotrópicos y enmarca el universo no como un sistema material, sino como un
juego infinitamente complejo de la Conciencia Absoluta. Las escrituras Hindúes
de la antigüedad describen una visión similar del cosmos, refiriéndose a los
eventos del mundo fenoménico como lila,
el juego divino. He tratado de mostrar en mis publicaciones previas que esta
manera de ver el universo está volviéndose cada vez más compatible con varios
avances revolucionarios en el nuevo paradigma de la ciencia (Grof 1985, 1998).
Si el cosmos es
una creación de una inteligencia superior y no una supermáquina que se creó a
sí misma, entonces se vuelve más plausible aún que la astrología pudiera ser uno
de muchos órdenes incluidos en el tejido universal. Puede ser vista como un
complemento útil e incluso necesario al campo de la ciencia tal como existe en
la actualidad, más que un rival irreconciliable de la visión científica del
mundo. Abrir conceptualmente esta posibilidad haría posible utilizar el gran
potencial que porta la astrología como una herramienta clínica e investigativa
en psiquiatría, psicología y psicoterapia, como también para una variedad de
otras disciplinas.
Referencias
1. Más sobre la evolución de la perspectiva arquetipal, del mito en la antigüedad a la psicología moderna, ver “Archetypal Principles” de Richard Tarnas en este número de Archai, p.23-25; y C. G. Jung, The Archetypes and the Collective Unconscious, en Collected Works, vol. 9,1, trad. R. F. C. Hull (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1959).
1. Más sobre la evolución de la perspectiva arquetipal, del mito en la antigüedad a la psicología moderna, ver “Archetypal Principles” de Richard Tarnas en este número de Archai, p.23-25; y C. G. Jung, The Archetypes and the Collective Unconscious, en Collected Works, vol. 9,1, trad. R. F. C. Hull (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1959).
2. Ver por ejemplo, Michael Talbot, The Holographic Universe (New
York: Harper Collins Publishers, 1991), y David Bohm, Wholeness and
the Implicate Order (London:
Routledge, 1980).
3. Ver por ejemplo Jean Shinoda Bolen, Goddesses in Everywoman: A New Psychology of Women (San Francisco: Harper and Row, 1984), y Gods in
Everyman: A New Psychology of Men's Lives and Loves (San Francisco: Harper and Row, 1989). Ver también Joseph Campbell, Myths to Live By (New York: Bantam, 1972), y James Hillman, Re-Visioning Psychology (1975;
repr. New York: HarperPerennial, 1992).
4. Ver C. G. Jung, Synchronicity:
An Acausal Connecting Principle, en Collected Works, vol. 8, trad. R. F. C. Hull (Princeton: Princeton University Press, 1960).
5. Jung, Synchronicity: An Acausal Connecting
Principle, par. 850.
6. He aprendido recientemente
que esta correspondencia fue identificada independientemente por Dominique
Levadoux, quien la ha discutido en numerosas ponencias en Francia durante años.
7. Ver Richard Tarnas, Cosmos and
Psyche: Intimations of a New World View (New York: Viking, 2006).
8. Para ejemplos de este
fenómeno, véase el artículo de Richard Tarnas, “Lo ideal y lo real”, en la
sección 2 de esta entrega de Archai en la que brevemente exploramos la
expresión del complejo arquetipal Saturno-Neptuno en el trabajo de Signund
Freud y James Hillman.
9. Steven Weinberg, en una
entrevista para el show de television PBS, Faith and Reason (http://www.pbs.org/faithandreason/transcript/wein-frame.html;
acceso el 27 de mayo de 2009. Ver también Steven
Weinberg, The First Three Minutes: Modern View of the Origin of the Universe (New York: Basic Books, 1998).
Bibliografía
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the Implicate Order. London:
Routledge, 1980.
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———. Gods in Everyman: A New Psychology of
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Grof, Stanislav with Hal Z. Bennett. The Holotropic Mind. San Francisco:
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Jung, Carl. G. The Archetypes
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Translated by
R. F. C. Hull. Bollingen Series XX. Princeton: Princeton University
Press, 1960.
Talbot, Michael. The Holographic
Universe. New York: Harper Collins Publishers,
1991.
Archai: The Journal of Archetypal Cosmology • Volume 1, Number 1 (Summer 2009) 66
Holotropic Research and Archetypal Astrology Stanislav Grof
Tarnas, Richard. Cosmos and
Psyche: Intimations of a New World View. New York: Viking,
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———. The Passion of the Western Mind. 1991. Reprint, New York: Ballantine, 1993.
———. Prometheus the Awakener: An Essay on
the Archetypal Meaning of the Planet Uranus.
Woodstock, CT: Spring Publications, 1995.
Weinberg, Steven. The First Three
Minutes: Modern View of the Origin of the Universe. New
York: Basic Books, 1998.
———. Interview for the PBS television program, Faith and Reason. http://www.pbs.org/
faithandreason/transcript/wein-frame.html. Accessed May 27, 2009.